Durante más de tres horas seguimos el curso del Río Cereceda, llegando a las pinturas rupestres de La Batanera y Peña Escrita, donde el hombre dejó su impronta con pinturas esquemáticas hace más de 5.000 años. Tal como dice el cartel identificativo:
“En estas paredes se reflejaron a sí mismos los primeros pobladores de este territorio. En parejas o formando grupos, bien diferenciados mujeres y hombres, junto a algunos árboles. Incluso se ha interpretado una escena de parto y varios animales…”
Cumplidos los objetivos propuestos emprendimos el regreso a casa.
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